jueves, 17 de junio de 2010

Papachi, quiero ser cantante


Es por todo mundo conocido que el sexenio del difunto José López Portillo fue caracterizado por todo tipo de nepotismo y abuso de poder. Hablo de su vida, y no de su muerte.

Su hijo José Ramón, a quien llamaba “el orgullo de mi nepotismo”, fue nombrado subsecretario de Programación y Presupuesto (checa este artículo), su amiga Rosa Luz Alegría era asesora de la Presidencia y cuando se quiso deshacer de ella la convirtió en la primera mujer en ser nombrada Secretaria de Estado, asignándole Turismo, y Doña Carmen Romano se apoderaba del Festival Cervantino para ella y sus amistades exclusivamente.

Pues la nena de la casa, Paulina, no podía quedarse atrás, sólo que a ella la política no la movía tanto como la música, y se había dedicado a componer una docena de canciones de corte romántico que quería convertilas en éxito ¡siendo ella misma la intérprete!

Justo a principio de 1980 le dice a su “Papachi” como llamaba a su padre que quería ser cantante.

Y manos a la obra. Le encargaron el trabajo al talentoso Bebu Silvetti, y en los estudios de la Sociedad de Autores y Compositores de México grabaron Just, el que fuera su primer álbum, o LP, como se llamaba entonces a lo que hoy se conoce como CD, porque sí, hubo un segundo.

El disco contenía un total de diez temas de corte más que romántico, meloso, de súper hueva, con una voz que haría parecer a Patricia Manterola la Montserrat Caballé azteca.

De los diez temas, tres eran en inglés porque no había mejor oportunidad de presumir de que la hija presidencial era bilingüe. Dos de los temas en español fueron dedicados tiernamente a sus padres, Papachi y Mamá.

Los temas tenían letras tan profundas como “a veces el dolor calla, a veces el amor grita, a veces las heridas sanan, a veces la vida invita” y “recalling to my mind, warm arms, blue green eyes, strong hands, my first smile, my first pray, my first cry, my first day to school”.

El disco fue todo un éxito en ventas debido a que el gobierno compró todo el tiraje y lo regalaba en Conasupo en la compra de un litro de leche o algo así.

El primer y único sencillo fue Desilusión (haz click aquí para escuchar el tema) con el que todas las quinceañeras de secundaria suspiraban cuando se transmitía sin parar por la radio.

La osadía presidencial no paró ahí, y nos tuvieron que sacrificar a soportar un segundo álbum, titulado simplemente Paulina, y fue editado a fin de 1981, esta vez con diez temas orgullosamente en español, igualmente de su inspiración.

De este álbum se extrajeron dos éxitos radiales, Valores y Es posible oh amigo, e igual que el disco anterior, fue un éxito en ventas, esta vez para Discos y Cintas Melody, y también se obsequiaba de cortesía en las tiendas Conasupo.

Cabe mencionar que ambos discos tenían buena producción en cuanto a fotografía y diseño, cosa que antes no se acostumbraba, ya que el primero tenía una cubierta desdoblable con las letras incluídas en su interior, y el segundo dentro de la cubierta del disco, se incluía una funda con sendas fotos de la intéreprete presidencial y las letras de todos los temas.

Insisto, hablamos de 1980 y 1981, cuando eso no era frecuente, al menos en los discos producidos en México

Estas dos producciones históricas obran en mi poder, pero me es imposible revelar su paradero debido a cuestiones de seguridad, no vayan a caer ustedes en la tentación de poseerlas.

Carátulas tomadas prestadas de www.untiempopararecordar.com ¡Gracias un millón, Blitx!

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